Cuando del resto de las flores apenas queda el recuerdo y la esperanza de que volverán a adornar sus campos la próxima primavera, aparece de repente esta flor en mitad del otoño. No se ven sus hojas, tan solo una flor solitaria que ha nacido de un bulbo que esconde bajo tierra uno de los mayores secretos de la naturaleza durante el resto del año. 

"Colchicum autumnale" se denomina esta planta en latín. (flor de otoño, o cólquico son algunos de los nombres por los que se conoce). De la familia de las liliaceas es conocida por obtenerse de ella un potente fármaco denominado colchicina. 

En Hondarribia abunda en los prados de hierba que no se siegan, por eso es más fácil verlas junto a la costa. Cientos, miles de flores salpican estos prados durante el mes de octubre.

Aunque es una planta medicinal, es también una de las más venenosas que nos podemos encontrar en esta localidad, por lo que se recomienda no ingerirla si no queremos pasar un mal rato. Los conejos ya lo saben, o sea que no seamos más... que ellos.

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