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Si alguien os dijera que existe un pájaro que come, duerme e incluso copula volando, lo más seguro es que penséis que os está tomando el pelo. Pues ese pájaro existe, y durante unos pocos meses está presente en nuestra ciudad. Algunos los confunden con las golondrinas, aunque el arco abierto que forman sus largas alas y los trinos que emiten cuando sobrevuelan los tejados en busca de sus presas los hacen inconfundibles

El vencejo (apus apus), ave extraña donde las haya, ha alcanzado tal grado de adaptación al vuelo que tiene las patas semiatrofiadas, hasta el punto de que es incapaz de posarse en el suelo o asirse a una rama como el resto de las aves que conocemos. Sus limitadas evoluciones en tierra se limitan a los aleros de los tejados bajo los cuales nidifica, y a paredes, o roquedos que le sirven de descanso en contadas ocasiones. 

También es sorprendente la puntualidad con que nos visita. Es el último en llegar, durante los tres primeros días de Mayo, y el primero en marcharse, a primeros de Septiembre, a sus cuarteles de invierno en Africa Tropical .

¿Cómo consigue dormir en el aire?
Al atardecer se reúnen en grupos y sortean a gran velocidad tejados y aleros en busca de sus ultimas capturas (moscas, mosquitos y hormigas voladoras entre otros insectos). Cuando apenas queda luz, ascienden a gran altura y allí permanecen durante toda la noche volando en círculo. Se supone que no llegan verdaderamente a dormirse, pero de alguna manera ralentizan su metabolismo para procurarse el descanso que requiere su diminuta pero extraordinaria naturaleza.

 

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