Durante siglos, Hondarribia fue una plaza fuerte casi inexpugnable. Sus murallas, protegidas por cubos y baluartes rodeaban toda la ciudad, protegiéndola de los numerosos asedios que sufrió a lo largo de su historia. Tras el sitio de 1795, el ejército francés ocupó la plaza y voló buena parte de sus murallas para evitar que la ciudad pudiera volver a defenderse.

En estas primeras imágenes, aunque carecen de algunos detalles, podemos ver una reconstrucción por ordenador del Baluarte de la Reina (izquierda) y del Baluarte de San Felipe (derecha). Con la marea alta, el agua cubría buena parte de las tierras cercanas a la puerta principal, protegiéndola. La calzada de Santa Engracia  que en la primera imagen vemos rodeada de agua, era el principal acceso a la Puerta de Santa María para aquellos que venían de Irún.